En la Península de Yucatán ocurren alrededor de 543 especies de aves número que representa el 50% de las aves registradas en todo el país. Aproximadamente el 40% de éstas son especies migratorias neárticas-neotropicales, para quienes la Península de Yucatán representa un lugar de alto valor estratégico, ya que los ecosistemas de la península ofrecen los recursos necesarios para que este grupo encuentre lugares de descanso y alimento suficiente para reabastecer su reservas energéticas y así continuar con su vuelo migratorio hacia Centro y Sudamérica. Inclusive existen alrededor de 100 especies que deciden pasar el invierno en la península por todas las comodidades y ventajas que ésta les ofrece. Las aves se caracterizan por su enigmática belleza, sus bellos coloridos y su rareza pero además por ser muy son importantes para la sociedad ya que brindan varios “servicios ambientales” como: polinizar las plantas, transportar semillas y controlar las plagas. También contribuyen a la economía ya sea como suplemento directo de productos alimenticios o bien a través de un uso indirecto para elaborar artículos como artesanías, colchones y almohadas, etc. Además, las aves son nuestro sistema de alarma de la salud ambiental y brindan múltiples oportunidades recreativas ya sea observándolas, pintándolas o fotografiándolas.
En su modalidad ecológica, el turismo se ha vuelto uno de los argumentos principales para la protección de los ecosistemas naturales, así como una vía para generar empleos en las comunidades rurales. Actualmente los observadores de aves en el mundo representan un mercado potencial que va a la alza para el turismo de naturaleza en México y Centroamérica y la Península de Yucatán ofrece un paraíso para este sector.